Ley de víctimas. Excélsior

Desde que comenzó a hablarse en nuestro país sobre una ley que protegiera a las víctimas de una delincuencia que se fue haciendo presente cada día con más fuerza desde hace unos años, algunas voces se escucharon con más fuerza. En aquel entonces, Isabel Miranda de Wallace, luego Alejandro Martí y, posteriormente, Javier Sicilia, se convirtieron en líderes sociales de una causa que no sólo era la de la justicia, sino también la de hacer sonar, y sonar fuerte, el eco de una sociedad que clamaba, como lo sigue haciendo, por la tranquilidad que le fue arrebatada.
En julio de 2012, el entonces presidente Felipe Calderón interpuso una controversia constitucional a la Ley General de Víctimas aprobada por el Congreso, litigio que se canceló para dar paso a la ley que se presentó ayer en Los Pinos, ahora con Enrique Peña Nieto al frente del gobierno federal. Las razones de Calderón en aquel entonces giraban en torno a ciertas inconsistencias que, decía, no garantizaban que la ley se ejecutara con total efectividad. Las razones de EPN para cancelar el litigio giraron justamente a lo contrario, aunque la llamaron esta vez como una ley “perfectible”, o sea, una ley que podrá modificarse con el tiempo y según se observe su efectividad y ejecución. Cosa que bien pudo haberse hecho desde un inicio.
Y algo extraño pasó. Aquellas voces que originalmente fueron portavoces y promotores por que esa ley se hiciera una realidad, se dividieron. Ayer veíamos a Javier Sicilia acompañar a Enrique Peña Nieto en la presentación de esta ley. Además de la solicitud que hizo para que la Estela de Luz se convierta en un memorial para las víctimas de la delincuencia, su sola presencia fue un aval para la ley que entrará en vigor dentro de 30 días.
Y es que, en contraste, Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí, ausentes en la ceremonia en Los Pinos, mostraban su desacuerdo con la Ley General de Víctimas en sus respectivas cuentas de Twitter. La ex candidata a la Jefatura de Gobierno del DF, escribía: “Exigimos una Ley de Víctimas, sin embargo la Ley de Víctimas que hoy se publicó NO es viable. No nos dejemos engañar como ciudadanos...”; por su parte, Alejandro Martí dijo: “Existen instituciones de atención a víctimas, pero no les han dado las herramientas jurídicas ni financieras para su óptimo funcionamiento...”
Reconociendo que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha iniciado apuntando a los temas que son, que han sido, parte de la agenda urgente; también es claro que las observaciones que hacen quienes han sido motores principales para que el tema haya llegado al Congreso son válidas. Cualquier modificación deberá hacerse pronto, pero la idea de una ley detenida y que urge por una mejor discusión no debe hacerse a un lado. Que la presencia de Sicilia en Los Pinos sea esa señal, de que ésta y cualquier otra ley agotarán el diálogo, para que deje de ser perfectible y sea, en la medida de lo factible, lo más redonda y eficaz posible.
Addendum. Ayer, mi compañero Raúl Flores presentaba el resultado de una investigación que realizó sobre la operación de algunos grupos considerados de izquierda, quienes utilizan a jóvenes de escasos recursos y de condiciones familiares adversas para formar grupos de choque y enviarlos a las protestas que, como sabemos, en los más recientes episodios generaron daños y una controversia sobre la efectividad del operativo ejecutado. Una verdadera pena que el modus operandi de organizaciones que dicen clamar por justicia, abuse de circunstancias que, dicen, quieren terminar.